domingo, 9 de enero de 2011

La Biblia - El Divorcio y Segundo Casamiento.


El tema del divorcio ha sido por mucho tiempo un asunto de amplia discusión, prácticamente desde el antiguo testamento, pasando por el nuevo testamento y hasta la fecha, este asunto ha estado dando de qué hablar, yo quisiera si me lo permiten tratar este tema desde el punto de vista bíblico, de forma que podamos entender la perfecta voluntad de Dios al instituir el pacto sagrado del Matrimonio, pero conociendo Dios que la relación matrimonial seria entre humanos pecadores, previó el asunto del divorcio y nuevo casamiento; pues empecemos.
Inicialmente, no importa el punto de vista que tome en el asunto del divorcio, es importante recordar la palabras de Dios en Malaquías 2:16: 16 El Señor Dios de Israel, el todopoderoso, dice: "¡Cuiden, pues, de su propio espíritu, y no sean infieles; pues yo aborrezco al que se divorcia de su esposa y se mancha cometiendo esa maldad!" (Versión Dios Habla Hoy).
De acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso hasta la muerte. Pero nosotros los hombres nos hemos deja llevar por deseos impuros y no nos sentimos  bien con una sola mujer, igualmente las mujeres y su tan afamada liberación femenina, entienden que si el hombre sale a buscar fuera del matrimonio por que ellas no?  Y así se ha ido perdiendo la esencia  del plan de Dios para los hombres y mujeres, la biblia dice: “5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?  6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Mateo 19: 5-6. Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores. En el Antiguo Testamento Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4). Jesús señaló que aquellas leyes fueron dadas a causa de la dureza de los corazones de la gente, más no porque fueran el deseo de Dios (Mateo 19:8). 

La controversia de si el divorcio y segundo casamiento son permitidos de acuerdo con la Biblia, gira principalmente alrededor de las palabras de Jesús en Mateo 5:32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. y 19:9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. La frase “a no ser por causa de fornicación (excepto en caso de infidelidad conyugal)” es lo único en la Escritura, que posiblemente da el permiso de Dios para el divorcio. Muchos intérpretes entienden esta “cláusula de excepción” como refiriéndose a “infidelidad conyugal” durante el período de “desposorio”. En la costumbre judía, un hombre y una mujer se consideraban casados, aún mientras todavía estaban comprometidos “prometidos”. La inmoralidad durante este período de “desposorio” debería entonces ser la única razón válida para un divorcio.   

Sin embargo, la palabra griega traducida como “infidelidad conyugal” es una palabra que puede significar cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar fornicación, prostitución, adulterio, etc. Posiblemente Jesús está diciendo que el divorcio es lícito, si se comete inmoralidad sexual. Las relaciones sexuales como tales, son una parte integral del vínculo marital “y serán una sola carne” (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Efesios 5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo, por medio de relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser una razón lícita para el divorcio. Si es así, Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La frase “y se casa con otra” (Mateo 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son permitidos en una instancia de la cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es importante notar que solamente a la parte inocente se le permite volver a casarse. Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del segundo casamiento después de un divorcio, es la misericordia de Dios para aquel contra el que se ha cometido pecado, no para el que ha cometido inmoralidad sexual.
La inmoralidad sexual (adulterio) se produce cuando la persona que lo comete deja que los deseos impuros lo dominen, cuando se olvida de su pacto matrimonial de fidelidad, para satisfacer un deseo meramente carnal con una atractiva mujer (u hombre) que lo sedujo o que conquistó con engaños. Muchos matrimonios se rompen por diferentes motivos, pero el más grave de todos es el pecado de adulterio, un pecado que deja heridas sin cicatrizar de por vida, tanto en los esposos como en los hijos.
1ª Corintios 7:15 “Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios”. Algunos entienden este versículo como otra “excepción”, que permite el segundo casamiento si un cónyuge incrédulo se divorcia de un creyente. Sin embargo, el contexto no menciona el segundo casamiento, sino que solamente dice que un creyente no está limitado a continuar un matrimonio, si un cónyuge no creyente quiere abandonarlo. Otros demandan que el abuso a (cónyuge o hijo) son razones válidas para el divorcio, aunque no están listadas como tales en la Biblia. Aunque éste, bien pudiera ser el caso, nunca es sabio suponer sobre la Palabra de Dios.

Algunas veces, perdidos en la discusión sobre la cláusula de excepción, está el hecho de que lo que quiera que signifique “infidelidad marital”, ésta es un permiso para el divorcio, no un requisito para el mismo. Pareciera que los mismo creyentes estuviéramos buscando una excusa para divorciarnos, como si fuera la voluntad misma de Dios el divorcio y algunos hasta celebramos el hecho de que nuestro cónyuge caiga en adulterio para tener la excusas de buscar otra pareja, olvidándonos del perdón y el amor de Dios que debe reinar en nosotros.  Aún cuando se haya cometido adulterio, una pareja puede por medio de la gracia de Dios aprender a perdonar, y comenzar a reconstruir su matrimonio. Dios nos ha perdonado mucho más. Con seguridad podemos seguir Su ejemplo y aún perdonar el pecado del adulterio (Efesios 4:32). Sin embargo, en muchas instancias, un cónyuge es impenitente y continúa en inmoralidad sexual. Posiblemente ahí es donde Mateo 19:9 puede ser aplicado. Muchos también cuentan demasiado rápido con el segundo casamiento después de un divorcio, cuando el deseo de Dios sería que permanezcan solteros. Algunas veces Dios invita a una persona a permanecer soltera, de manera que su atención no sea dividida (1ª Corintios 7:32-35). El segundo casamiento después de un divorcio puede ser una opción en algunas circunstancias, pero eso no significa que esta es la única opción.             

Es doloroso que el índice de divorcio entre los cristianos profesos, sea casi tan alto como el del mundo incrédulo. La Biblia deja totalmente claro que Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16) y esa reconciliación y perdón deberían ser las marcas de la vida de un creyente (Lucas 11:4; Efesios 4:32).
Ø  Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Ø  Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Recuerde que la palabra de Dios nos invita a perdonar hasta nuestros enemigos, cuanto más al o la compañer@ que escogimos para casarnos y vivir con ella hasta que la muerte nos separe. Sabemos lo doloroso que debe ser vivir con alguien que traiciono nuestra confianza, que se burlo del pacto en donde juró exclusividad para nosotros, estas heridas perduran por mucho tiempo, pero Dios puede curarlas, ahora bien, si Ud. Va a vivir con esa raíz de amargura para toda la vida, tome la excepción que da la palabra de Dios en el libro de Mateo, por que el objetivo de Dios es la salvación del hombre.

Lucas Díaz T.  






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