Esta es una pregunta muy frecuente, la mayoría de los jóvenes en diferentes congregaciones ven esto como la pregunta del millón de dólares, algunos hasta piensan que hay un itinerario de relaciones sexuales en la pareja, otros me han confesado que se quieren casar para vivir la dichosa vida del casado, comiendo y teniendo sexo con su esposa las 24 horas… Le hicimos esa pregunta a algunas personas casada, generalmente la respuesta fue muy circunstancial, algunos respondieron…Bueno depende de la pareja, otros dijeron que un par de veces en el mes, otros que dos o tres veces por semana sería suficiente y los más creativos dijeron cada vez que se presente la ocasión, todas estas respuestas podrían ser validas, pero porque nos engañamos , todos sabemos que cuando inicia el matrimonio la frecuencia sexual es altísima, pero a medida que va pasando el tiempo muy pocos pueden mantener esa frecuencia o por lo menos algo parecido, que ocurre entonces?
Los afanes y el discurrir de la vida, van apagando las llamas del amor, algunas veces la situación económica, otras como la llegada de los hijos, el trabajo, los viajes de negocio y algunas veces la falta de interés de uno hacia el otro y viceversa; todos estos factores comienzan a abrir una zanja entre la pareja y el enemigo sabe aprovechar esta abertura y fácilmente nos engaña y caemos en la infidelidad en el matrimonio y como no, nos convertimos en adúlteros consumados, y luego lo peor la separación o ruptura de los lazos matrimoniales, porque uno de los dos cónyuges decide que no va a perdonar al otro, y saben que…probablemente el descuido sexual hacia su pareja fue lo que provoco, la infidelidad. Cuando no damos lo suficiente, generalmente el enemigo tienta a nuestra pareja para que vaya a saciarse a fuera y créanme hasta los más espirituales, sea hombre o mujer, si no está satisfecho sexualmente, su carne o mejor dicho sus deseos carnales lucharan fuertemente contra su espíritu y en la mayoría de los caso es bien sabido, que el espíritu termina vencido, es la naturaleza misma de la creación, pues un hombre o una mujer sexualmente activo, tiene deseos sexuales que son normales y no todos podemos tener el don de abstinencia, bien lo dijo Pablo: En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. . 7:1-3
En esta ocasión no pretendo dar una lección de frecuencia sexual, pero analizaremos un par de versos bíblicos a la luz de la palabra de Dios, que espero sean de bendición a todos los matrimonios que lean este blog, y también como no, a los que están en planes de unirse en matrimonio.
Según un estudio que vimos hace unos años, las parejas cristianas que han estado casadas más de un año, hacen el sexo con su esposo un promedio de dos veces al mes. Siendo el plan de Dios para la intimidad sexual que nos conectemos como un sola carne, ¿esto es suficiente? Estoy seguro que nosotros podemos dar nuestra propia opinión sobre esto, pero prefiero más oír lo que es la opinión de Dios.
El apóstol Pablo dice: "No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia." 1 Corintios 7:5. En este verso, Dios dice muy claramente:
a) No evitar o rechazar la intimidad sexual a menos que sea durante un tiempo especial para dedicarse a la oración.
b) Solamente evitar la intimidad sexual si está por acuerdo entre ambos cónyuges.
c) Si deciden juntamente tener un tiempo sin intimidad sexual, limítelo, así que no entren en tentación sexual.
No piense que usted puede tomar únicamente una de estas declaraciones y usarla por sí mismo. Dios ha hecho claro que deben seguir estas tres condiciones. Por otra parte, cuando uno rechaza o evita las relaciones sexuales en su matrimonio, se priva a su cónyuge de satisfacer una necesidad fisiología y natural, que podría desencadenar en un pecado de adulterio.
Así, entonces esto trae la pregunta de qué tanto tiempo ayunamos y oramos. Seamos honestos. La mayoría de los cristianos hoy no oran mucho, y es raro encontrar a alguien que ayuna. Aún para aquéllos que ayunan, Dios no les ha exigido que eviten la intimidad sexual: sólo les ha dado la opción de evitarlo para él. Cuando aquellas parejas oran o ayunan, el tiempo que normalmente usarían comiendo o haciendo el amor, será usado únicamente para orar aún más.
¿Ahora bien, cuántas comidas come usted en un día? Si usted es parecido a la mayoría de nosotros, come tres veces por día, con una o dos meriendas entre comida. Si usted ayuna, puede ser para una comida o un medio día, o quizá un día. Encontrar a una pareja que deciden ayunar juntos es extremadamente raro. Así, lo que nosotros realmente tenemos son personas decidiendo abstenerse del sexo sin ningún motivo, y esto ocasiona un gran problema, porque el enemigo irá encima de su cónyuge para tentarle, y dijo Dios “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" Génesis 2: 24, permita que la Palabra de Dios le ayude a entender lo profundo y sagrado que es el matrimonio.
Justamente antes de que Pablo escribió que las parejas sólo deberían abstenerse de la intimidad sexual para orar y ayunar, él escribió: "La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer." 1 Corintios 7:4. Esto significa que usted no se pertenece, sino que al hacer el pacto matrimonial decidió hacerse una sola carne con su pareja y cuando usted niega la intimidad a su pareja sin ningún motivo una y otra vez, podría estar diciendo que el pacto de unión entre usted y su cónyuge, vale muy poquito, tampoco seremos extremistas exigiendo a nuestra pareja una intimidad excesiva, pues podría pasarnos como dice una canción secular muy famosa, “Se nos rompió el amor de tanto usarlo” u otra que dice “que hasta la belleza cansa” seamos inteligentes y dediquemos un tiempo especial para satisfacer íntimamente a nuestra pareja, negarse por razones validas es aceptable y seguro que su pareja lo entenderá, negarse continuamente y sin motivos pudiera ser interpretado como “ya no me motivas y por tal motivo, no correspondo” y esto podría dañar o romper nuestro matrimonio, no dé cabida al enemigo, algunas veces oímos en nuestras iglesias, ella o él se fue y me dejo por una o uno más joven, es duro decirlo pero si he escuchado esa frase en muchas congregaciones y en la mayoría de los casos estoy casi seguro que después de la comunicación, la intimidad fue lo segundo que se rompió. Cuide su matrimonio, trate de satisfacer a su pareja y mantenga una fluida comunicación, evite ser egoísta en la intimidad, de y reciba. Cuando nosotros hacemos una decisión de amar a nuestro cónyuge, dando nuestros cuerpos el uno al otro, es cuando podemos juntarnos de verdad como una sola carne. Dios bendiga a todos los matrimonios y los fortalezca, Amén.
Lucas Díaz T.